Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://deborahoshe863651.tkzblog.com/38289274/la-provocación-que-detonó-el-cabezazo-de-zidane